martes, 12 de mayo de 2009

AUTONOMÍA Y MEJORA DEL AUTOESTIMA

Para que nuestros niños sean independientes y desarrollen cierta autonomía en sus vidas, dependerá mucho de la educación que les demos.
Niños independientes
Lo que ocurre, generalmente hablando, es que muchos padres suelen anticiparse a las acciones de los niños, a no dejarles actuar o a hacer algunas otras cosas que los niños podrían hacer solitos. Esos padres actúan así porque creen que sus niños no tienen capacidad de realizar cosas solitos, por evitar que se hagan daño, por comodidad para conseguir resultados más rápidos, o porque no confían en la capacidad de reacción de sus hijos.
Los niños aprenden a ser autónomos en las pequeñas actividades diarias que desarrollarán en casa, en la guardería, o en el colegio. Los niños desean crecer, quieren demostrar que son mayores a todo momento. Caben a los padres y educadores, la aplicación de tareas que ayuden a los niños a que demuestren sus habilidades y sus esfuerzos. Poner, recoger, guardar, quitar, abrochar y desabrochar, irse al baño, comer solos, etc., son acciones que ayudarán a los niños a situarse en el espacio en que vive, y a sentirse partícipe en la familia y entre sus amigos.
La educación hacia la independencia
Todos los niños pueden y deben ser educados para ser independientes, pero todos los niños no son iguales. Cada niño desarrolla capacidades de una forma distinta. Se puede pedir todo a todos, pero no se puede esperar que los resultados sean los mismos. Se debe, primero, conocer cuales son las capacidades reales de cada niño, para poder ayudarle en su justa medida, y no solucionarles la tarea cuando él sea capaz de realizarla solo. Se debe dar la oportunidad de experimentar, de equivocarse, de fallar o de acertar, y todo eso lleva un tiempo, según la edad y la capacidad de aprendizaje de cada niño. Cuando tu hijo, delante de una tarea, diga "yo sólo que ya soy mayor", escúchale y respeta su decisión. Es más importante lo que dicen y cómo actúan los padres en ese proceso, que la disposición que tenga el niño. No os olvidéis de que una mayor autonomía favorece a una buena autoestima, y a una evolución sana en cuanto a las decisiones y la vivencia del día a día.

Sobreprotección
Un padre muy sobreprotector es un padre que va a crear un hijo dependiente. Los niños se vuelven inseguros cuando se les da todo lo que piden y se consienten en algunas actitudes que no son correctas. Los padres deben ser un punto de referencia adecuado. Los niños deben saber que ellos están allí para proveerles cariño y límites adecuados, no un amor ciego, sino un amor capaz de ver sus defectos y corregirlos. El amor tiene que ser incondicional en el afecto y no en la actitud y en la corrección. Si el niño se porta mal, debe corregirse. También es determinante para la autonomía infantil, que usted enseñe a sus hijos a hacerse sus cosas personales, como vestirse, amarrarse los zapatos y bañarse.
Debe tener mucha paciencia y planificar las cosas de tal manera que los niños las vayan aprendiendo despacio y sin presiones. Si sus hijos no se visten rápido para ir al colegio o para dar un paseo, no los vista usted, mejor levántese más temprano y permítales tomarse su tiempo mientras aprenden.
Con respecto a la comida, no hay una edad definida para que el niño se alimento solo. Si el niño ya puede tomar en sus manos los cubiertos, déjelo que intente comer él solo, observélo y vigile que no vaya a atragantarse, pero no le dé la comida usted. Que no le importe si su hijo ensucia el piso, la mesa, su ropa, incluso cara y cabello.
A la hora de dormir, también es importante que los niños se acuesten solos. Usted puede cantarles, para que se queden dormidos, pero no quedarse con ellos toda la noche ni permitirles que duerman en su cama.
No hay edad determinada para que el niño haga sus propias cosas. La edad cronológica de los niños difiere con la edad psicológica, es obligación de los padres diferenciar ambas edades y preocuparse por el desarrollo pleno del
niño.
La autonomía viene a hacer una capacidad indispensable para lograr una vida emocionalmente saludable. Para fomentar la autonomía de sus hijos recomendamos:
Darle la opción de elegir entre dos o más alternativas, en vez de ordenar. Así le estamos educando para tomar decisiones desde pequeño y a que ejerza el control sobre sus acciones. Ejemplo: ¿Quieres ponerte la pantalón azul o el morado?

Esto es dejarle hacer las cosas por sí solo, aunque no lo haya hecho antes. Es bueno que el niño se enfrente poco a poco a nuevos retos: usar el cuchillo y el tenedor, atarse los zapatos, resolver un problema de matemáticas. Cuando haya realizado tareas nuevas o intentado retos nuevos, hay que reconocerle su esfuerzo aunque no lo haya logrado a la primera. Realizar algo nuevo es siempre algo difícil, el que reconozcamos esto le permitirá intentar las cosas independientemente si lo logra o no.

Preguntar demasiado puede parecer un signo de interés hacia el niño, pero también es una invasión de su privacidad. Estimular su autonomía es permitirle que cuente sus experiencias cuando desee.

También se puede pensar que estimular al niño es contestarles en cuanto y a todo lo que pregunten. Pero en ocasiones podemos estimular su razonamiento al devolverles la pregunta. Por ejemplo. "Papá, mamá... ¿por qué llueve?". Resulta fácil explicar que el agua se condensa por las el calor y eso provoca que llueva.... Pero podría estimular más al niño responderle: " Buena pregunta, y tú ¿por qué crees que llueve?". Qué mejor manera de estimular su razonamiento que hacerle pensar sin darle de primeras la solución a todo, aunque al final si se le responda su pregunta.

Ser autónomo significa dejar de depender de los padres y encontrar por sí mismo cómo resolver sus problemas. Lo cual es mucho más útil enseñarles dónde pueden encontrar las respuestas que dárselas nosotros. Enseñarles a utilizar el internet, la enciclopedia, la biblioteca, leer un mapa, a llamar al 040 y todos los demás recursos que hay a nuestro alcance.

Aunque pudieran parecer ilógicas o irreales las ilusiones de nuestros hijos. No hay que desanimarlos pues al permitir que planifiquen y comprueben por sí mismos si sus decisiones son correctas estamos estimulando su autonomía.

VESTIRSE SOLOS

Cuando empiezan a sentirse mayores quieren vestirse por sí mismos para demostrar su independencia y autonomía e imponer su propia voluntad. Hay algunas cosas que los padres podemos hacer para facilitarles la tarea de aprender a vestirse solos. A partir de los tres años, empiezan a desvestirse pero aún necesitan ayuda para vestirse; a los 5 o 6 años ya lo hacen solitos.
Comprar ropa fácil de poner y quitar, evitando lazos, botones, cierres o mecanismos complicados para ellos. Como aún son muy pequeños para combinar los colores, si se quiere evitar que el niño salga a la calle hecho un payaso, colocar la ropa combinable en un estante que quede a su alcance. Hacer lo mismo colocando allí las prendas de la estación del año que corresponda, así no se pondrá un jersey en pleno verano. De esa forma, ellos podrán escoger su propia ropa.
Muchos niños le toman el gustito y llegan a cambiarse varias veces al día e incluso imponen sus propios gustos y manías haciendo que les quitemos alguna prenda que no les gusta. Pero es normal que haya alguna ropa que le guste más que otra. Podemos hacerlos que practiquen la técnica de vestirse con muñecos, cantar canciones o que se vistan al mismo tiempo que nosotros para que vayan aprendiendo el orden, primero los calcetines, la camiseta, y así. Es importante que los felicitemos cuando se visten solos y tenerles mucha paciencia.
Un buen truco para que se coloquen el abrigo solos es ponerlo abierto en el suelo, así sólo tienen que meter los brazos en las mangas y hacer pasar el abrigo por encima de la cabeza. Les divierte y hace que se sientan independientes… y evitamos los berrinches a la hora de salir.

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